Cada joven es un mundo, sobre todo un mundo de posibilidades. Cada joven sabe, a veces solo más o menos, hacia donde quiere encaminarse, tiene conciencia de caminar hacia su personal Cap de Creus. En este camino hemos descubierto que saber ponerse objetivos transitorios o de recorrido corto les ayuda, un objetivo precede al siguiente o se van entrelazando en una cadena de continuidad hacia el proyecto vital.
Al inicio de las actividades de largo recorrido, una persona adulta acompaña a una joven para que esta se proponga un objetivo hacia el que dar pasos eficaces en compañía de este “mentor de corto recorrido”. El joven va, poco a poco, elaborando estrategias y concretando medidas que le acerquen al objetivo que ha decidido en compañía del adulto próximo.
¿Cuáles han sido los objetivos escogidos a lo largo de estos años de travesía?
Los mayoritariamente propuestos tienen que ver con la comunicación como mejorar el Castellano, hablar en público, ordenar mis ideas para expresarlas bien… pero también tienen que ver con la salud, como por ejemplo comer una cosa nueva cada día, dejar de fumar, controlar el uso del móvil, organizarme para hacer deporte…; a veces tienen un calado ético importante como ser mejor persona, aprender a ver las chicas de otra manera o aprender a confiar en las personas más y mejor. El trabajo tiene también su importancia: aprender a buscar empleo, redactar un currículo desde la confianza en mí mismo, aprender a pedir trabajo o a afrontar una entrevista desde la confianza.
¿Cuáles serán los próximos objetivos personalizados? Dependerán de los jóvenes que nos acompañen. Seguiremos haciendo nuestros sus proyectos vitales y, como consecuencia, los objetivos transitorios que decidan ir trabajando.
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