Tras concluir el intenso Tramo 3, con montañas que nos pusieron a prueba, conversaciones profundas sobre violencia y exclusión, y paisajes que nos dejaron sin aliento, dejamos Sallent de Gállego con el corazón lleno de aprendizajes y la mochila cargada de experiencias compartidas. Este nuevo tramo nos llevó a cruzar de Aragón a Cataluña, iniciando un recorrido distinto: sin ruta marcada, pero con la misma energía, curiosidad y apertura para acoger nuevas reflexiones, despedidas y bienvenidas. Comenzábamos así el Tramo 4, preparados para conectar con la naturaleza, con nosotrxs mismxs y con quienes se sumaban a la Transpirenaica Social Solidaria 2025 en este nuevo capítulo.
Sallent de Gállego – Conangles: despedidas, bienvenidas y energía renovada
Vivimos una jornada distinta, sin ruta, pero llena de emociones y reflexiones. Nos trasladamos desde Sallent de Gállego, dejando Aragón atrás, hasta territorio catalán en el refugio de Conangles. Gracias a Asier y su equipo por su siempre cálida acogida.
Por la mañana despedimos al grupo de Fundación Ilundain y a jovenxs de la Transpi emblemáticos como Bachir, nuestro coordinador Ramon García, integrantes del equipo educativo y voluntarios que participaron por primera vez. Sus aportaciones dejaron una huella imborrable en la TSS25.
Las despedidas se combinaron con nuevas incorporaciones: Albert de Sphere Pro, jóvenxs de ISOM y Punt de Referència, así como nuevxs miembros del equipo educativo y logístico. En Conangles, además, compartimos tiempo con los chicxs de Montanhetes de Era Pòrta d’Aran, descubriendo el entorno y recargando energía con su entusiasmo y alegría.
Conangles – Casau: Escuchando nuestra voz interior en el bosque
En la etapa 14, salimos del refugio de Conangles temprano y, en el círculo inicial, trabajamos sobre cómo escuchar nuestra propia voz interior. La pregunta del día fue: “¿Qué momento del día es el que más me gusta para escucharme a mí misma?”.
Caminamos por el bosque, transitamos el valle de Barrabés hasta el Tuc del Port de Vielha y aprendimos sobre memoria histórica en el búnker del puerto de Vielha. Núria, de la Kilian Jornet Foundation, nos explicó los proyectos con jóvenes transpis, como la Ultra Clean Marathon, fomentando conciencia ambiental y el rol de #Basuraleza.
Despedimos a Albert y seguimos fortaleciendo la cohesión del grupo.
Casau – Colomers: Relaciones, agua y naturaleza
Tras descansar en el Hotel Petit Verneda, el siguiente día abordamos cómo nos relacionamos con los demás. La ruta corta, pero intensa, nos permitió reflexionar sobre los conflictos y aprendizajes dentro de los grupos.
Recorrimos el río, observamos la flora y fauna, aprendimos sobre movimientos de la tierra y las placas tectónicas, y disfrutamos del mirador del círculo de Colomers con vistas espectaculares del Parc Nacional d’Aigüestortes y de l’Estany de Sant Maurici. Leímos el poema “No tienes que ser” para seguir reflexionando sobre la empatía y la humanidad compartida.
Colomers – Salardú: Personas vitamina y la Tora blava
El círculo de la noche anterior nos permitió compartir reflexiones sobre cómo nos afectan las personas a nuestro alrededor. Caminamos desde el antiguo refugio de Colomers hasta Salardú, observando marmotas, sarrios y quebrantahuesos, y aprendiendo sobre la generación de energía hidroeléctrica y la flora del parque. Despedimos a Moha y disfrutamos del Aran Hostel, agradeciendo y la colaboración del Centre Excursionista de Catalunya.
Salardú – Vielha: La segunda mochila del corazón
El 30 de junio despertamos en el Aran Hostel para recorrer el Camin Reiau, descubriendo los 33 pueblos del Valle de Aran. Reflexionamos sobre la “segunda mochila”, la que llevamos dentro del corazón, y la enriquecimos compartiendo aprendizajes, emociones y afectos con los demás.
El grupo despidió a Isom, Punt de Referència y a la voluntaria Maria, mientras dimos la bienvenida a Integra Pirineus, Santa Anna de Barcelona, Superacció y nuevos jóvenes de Isom. Cada encuentro y cada paso reafirma que la #TSS25 es mucho más que caminar: es convivir, reflexionar y construir vínculos que permanecen.
El cuarto tramo nos permitió cruzar el Valle de Aran, entre paisajes impresionantes y aprendizajes compartidos. La convivencia, las reflexiones sobre relaciones, la conexión con la naturaleza y la riqueza de la diversidad humana llenaron nuestra “segunda mochila” de recuerdos y experiencias que nos acompañaron hasta el Cap de Creus. Cada abrazo, cada despedida y cada bienvenida nos recuerda que la Transpi es un viaje del corazón.

